5 ERRORES COMUNES AL COCINAR LA PECHUGA DE POLLO: PUEDE CAMBIAR BASTANTE SU SABOR

La pechuga de pollo es una carne versátil y popular por su bajo contenido en grasa y alto contenido en proteínas. Es la protagonista de diversas recetas como ensaladas saludables, arroz con pollo, ajiaco, entre otras. Sin embargo, cocinarla a la perfección puede ser un desafío y si se cometen errores, puede quedar seca, dura e insípida.

Los sitios especializados como ‘Cocina y Vino’, ‘Cocina Delirante’ y ‘Muy Kitchen’ mencionan diferentes errores comunes que se conocen al cocinar la pechuga de pollo. ¡Tome nota!

5 errores

Una de las maneras más comunes es asar la pechuga, con este ingrediente cocinado de esta forma se pueden realizar diferentes presentaciones de platos, pero no siempre queda tan perfecta cuando se hace en casa, ¿cuál es el secreto de los grandes restaurantes? Acá algunas malas prácticas.

  1. Descongelación inadecuada: descongelar la pechuga a temperatura ambiente o en el microondas puede generar una cocción despareja. Lo ideal es hacerlo en la nevera durante la noche para que la temperatura se distribuya uniformemente.
  2. Lavar el pollo: la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) señala que se debe evitar que el pollo entre en contacto con el agua, no se puede lavar como las frutas y verduras porque unas superbacterias resistentes a los antibióticos se esconden en el pollo y esperan su oportunidad para infectarte. En su lugar, se recomienda secarla con papel de cocina para eliminar el exceso de humedad.
  3. Cocinar a fuego demasiado alto: someter la pechuga a un calor excesivo la deshidratará rápidamente, dejándola seca y sin sabor. Lo mejor es cocinarla a fuego medio o bajo para que se cocine de manera uniforme y conserve sus jugos.
  4. Exceso de cocción: cocinar la pechuga más allá del punto de cocción recomendado la endurecerá y le dará un sabor desagradable. Se recomienda tener entre los utensilios infaltables de la cocina un termómetro de carne para asegurar una temperatura interna de 74°C.
  5. Utilizar pechugas sin piel: la piel de la pechuga ayuda a retener la humedad durante la cocción, por lo que retirarla antes de cocinarla puede resecarla. Si no se desea consumir la piel, se puede retirar después de cocinarla.

¡La ñapa!

El otro error común y que poco se conoce es cortar la pechuga demasiado pronto, al hacerlo inmediatamente después de cocinarla, los jugos se escapan, dejándola seca. Lo mejor es dejarla reposar unos minutos antes de cortarla para que los jugos se redistribuyan.

Evitar estos errores comunes le ayudará a lograr una pechuga mejor cocinada, jugosa, con buen sabor y con una textura perfecta.

 

Fuente: https://caracol.com.co/2024/02/29/que-jugos-son-buenos-para-subir-las-plaquetas-segun-medicos/